Haciendo ciertas perforaciones complejas en la superficie del poemario solar podemos leerlo en ciertas horas del día. Lo interesante de este objeto es como formar palabras a través de las sombras generadas por estas perforaciones.
De alguna manera se asemeja a la idea de los mayas, obviamente, salvando distancias, cuando la serpiente desciende por la pirámide de Chichén Itzá durante el equinoccio. Este mágico momento dura unos minutos - 45 aproximadamente - y solo se puede apreciar en marzo y setiembre.
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